“La diferencia entre
literatura y periodismo es que el periodismo es ilegible y la literatura no es
leída”
Oscar Wilde
El término periodismo puede
resultar ambiguo debido a que ha sufrido una evolución y cambio de connotación
a lo largo de los últimos siglos. La palabra periódico ha pasado de poseer los
rasgos de un adjetivo a ser propiamente un sustantivo, luego parémonos a
realizar un análisis más detenido de esta transformación y de lo que
denominamos como publicaciones periódicas.
Las publicaciones periódicas no aluden únicamente al
contenido, sino que son una forma, una forma en la que sin lugar a dudas la
literatura también tiene cabida. Sin embargo, cuando hablamos de periodismo,
tal y como hoy lo entendemos, aludimos a una manera, a un tipo de continente. A
su vez, es necesario destacar que la relación entre libro y obra literaria no
es un hecho evidente, sino que si pensamos en la poesía lírica o en el cuento
rápidamente observamos que su destino no es el libro. De este modo, este tipo
de literatura se ve recogida en publicaciones periódicas, en las revistas
literarias, pero no es esta la única literatura que encontramos fuera del
formato del libro: también tenemos la novela por entregas con un notable peso
en los autores del realismo durante el siglo XIX, y tampoco olvidarnos de los
géneros híbridos que han nacido del contacto entre periodismo y literatura, como
el ensayo y el articulismo o artículo literario (en ocasiones también llamado
columnismo).
Este subgénero del articulismo tiene su origen en
Larra. Es un tipo de texto que posee un carácter anfibio, conjuga la urgencia y
la actualidad característica del periodismo actual unido a el aporte de un
punto de vista que el autor quiera darle, utilizando técnicas que pueden ir
desde un enfoque kafkiano, pasando por el surrealismo o cualquier otra
variante. En cuanto al aspecto formal el articulismo se caracteriza por tener
que adaptarse a una extensión limitada, lo cual deriva en la necesidad del
columnista de desarrollar ciertas técnicas como comienzos que enganchen al
lector y finales brillantes, de tal forma que podríamos entender la columna
como el soneto del periodismo, un elemento que sin duda requiere un ingenio
destacable.
ANTECEDENTES
O ARQUEOLOGÍA DEL PERIODISMO
Lo que hoy entendemos como periodismo surgió en el
siglo XIX, cuando fue posible de una vez por todas, la impresión de muchos
ejemplares rápidamente. Hasta entonces, nos encontramos con las gacetas, cuyo
origen se remonta al siglo XVII, y en el caso de España no podemos hablar del
primer periódico hasta el año 1758 con el Diario Noticioso, Curioso-Erudito y Comercial Público y Económico, cuya autoría corresponde a Francisco Mariano Nipho.
De este antecedente cabe destacar que no distaba
mucho del aspecto de lo que hoy en día podemos entender como folleto, con una
tirada más bien escasa, de unos cien o doscientos ejemplares únicamente. Eran
textos que respondía a un único autor (a diferencia de la pluralidad de los
periódicos actuales) y que tenía como objetivo la divulgación de conocimientos
prácticos (no hay que olvidar el contexto histórico, nos encontramos en el
Renacimiento, en el conocido como siglo de las luces).