jueves, 1 de mayo de 2014

LYP9: Julio Camba: el fabricante de artículos

Julio Camba (Villanueva de Arosa, Pontevedra, 1884 - Madrid, 1962) fue un escritor peculiar, casi único de la literatura española, ya que sus libros son básicamente recopilaciones de artículos, y escribía solo por el dinero. Destaca su labor como corresponsal periodístico, y algunas de sus obras como: Un año en el otro mundo (1917) o Aventuras de una peseta (1923). A continuación reproducimos un artículo suyo:



La verdad, yo no comparto ese desprecio a los nuevos ricos tan extendido en la literatura contemporánea. Para despreciar a los nuevos ricos tendría que admirar a los viejos, y yo no les admiro. Los viejos ricos quisieran persuadirnos de que el tener dinero constituye un arte, y de que sólo aquellas personas que han adquirido este arte por su tradición saben beber buenos vinos, fumar buenos cigarros, frecuentar mujeres hermosas y habitar palacios espléndidos, y claro está que la sensibilidad se educa, pero yo opino que es mucho más fácil educarla para fumar habanos que para fumar tagarninas; para comer con un viejo Borgoña, que para hacerlo con peleón; para vivir en un palacio, que para pasarse la vida en un tugurio, y para apreciar la sociedad de una mujer-palacio, Borgoña o habano, que no la de una mujer-tugurio, peleón o tagarnina. Opino que es mucho más fácil ser rico que ser pobre, y que si hay tantos pobres y tan pocos ricos en el mundo, ello no se debe a ninguna suerte de incapacidad artística para la riqueza, sino sencillamente a unas cuantas dificultades de orden económico.



-Perdonad nuestra fortuna- nos dicen los viejos ricos -; pero ¿de que os serviría a vosotros el tener a vuestra disposición los mejores cigarros del mundo, pongamos por caso, si no lograríais nunca apreciarlos en todo su mérito? En cambio, a nosotros, los buenos cigarros nos gustan tanto y los saboreamos con tanta fruición, que sólo el espectáculo maravilloso de lo que gozamos al fumarlos debiera compensaros de vuestra miseria…



Por mi parte, no creo en tales maravillas. Lo único que, en mi sentir, les da la tradición a los ricos es el olvido de sus riquezas, y toda esa distinción de que hacen gala no pasa, para mí, de ser una forma de avaricia. Los nuevos ricos, no borrados aún de su espíritu los hábitos de cuando eran pobres, suelen gastarse mucho más dinero que los viejos, y a esto los viejos ricos le llaman rastacuerismo. Es de rastacueros, por ejemplo, según los viejos ricos, el dar en el restaurante propinas del veinticinco por ciento, así como el darlas del diez es de desdichados. Una media de cuarenta kilómetros por hora en plena carretera, constituye una velocidad de automovilista pobre, mientras una media de ochenta es una velocidad de nuevo rico. La buena velocidad, la velocidad verdaderamente distinguida que usan los ricos viejos, es de sesenta kilómetros… Y a cosas así es a las que se reduce, en síntesis, todo el ruskianismo de la riqueza.

Decididamente, si en mí hay algún sentimiento contra los nuevos ricos, será por lo que tienen de ricos, y no por lo que tienen de nuevos. Los nuevos ricos, autores de su riqueza, me resultan mucho más simpáticos que los viejos, y, o yo no me enriqueceré nunca, o cuando me decida a enriquecerme, me haré nuevo rico.

[Artículo extraído de su libro Sobre casi todo, Espasa-Calpe Argentina, Buenos Aires, 1946, Colección Austral]

Para saber más acerca de esta peculiar figura de la literatura española, haz clic en el siguiente enlace: http://es.wikipedia.org/wiki/Julio_Camba

Y para aquellos que aun deseen saber algo más, dejo aquí este enlace donde se ofrece una imagen de Julio Camba a través de una análisis de sus cartas: http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/7218/1/ALE_19_08.pdf

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